Es muy común que en cualquier jardín, terraza y macetero aparezcan plantas intrusas, también llamadas malas hierbas. Estas plantas, además de tener un impacto perjudicial, se le suma que da un aspecto descuidado al jardín. Puedes prevenir la aparición de estas plantas mediante el acolchado del suelo. Pero si no quieres prevenir, sino erradicar las que ya han aparecido, puedes recurrir a la aplicación de herbicidas o a la escarda manual.
Para prevenir es importante que trabajes bien la tierra y utilices sustratos de calidad. Si el laboreo de la tierra se lleva a cabo de forma adecuada, reduciremos las posibilidades de que aparezcan las malas hierbas.
Para ello, arranca la vegetación existente, retira una capa de suelo de unos 20 cm, remuevela y rastríllala y riega el terreno diariamente durante unas dos semanas. Esto provocará que germinen las semillas y broten los rizomas de las malas hierbas. Así pues aplica un herbicida total y deja que la maleza se seque. Después de esto retiralas y labra la tierra. Fijate bien que, si aportas sustrato, sea controlado y con garantía de calidad.
Para impedir que aparezcan malas hierbas podemos acolchar el suelo donde crecen las plantas. Así además contribuiremos a que el sustrato se mantenga húmedo, y las raíces protegidas de temperaturas extremas. Pueden ser orgánicos (corteza de pino, compost o mantillo) o bien gravas piedras o arcillas decorativas.
También puedes recurrir a las plantas tapizantes o cubresuelos, cuya finalidad es crear una cubierta vegetal permanente que impide que surjan malas hierbas.
En cambio, si ya han aparecido, cuanto antes las elimines, mejor, ya sea a mano, con herramientas o con herbicidas, ya que si son plantas de ciclo anual impedirás que generen semillas que a su vez se esparzan y reproduzcan. Por otro lado si son vivaces o herbáceas quiere decir que sobreviven al invierno, por lo que habrá que extraer el rizoma o raíz cavando lo suficiente.