¿Qué leña escoger?
La calidad del combustible que elijas afecta al calor que aporta, la duración de la combustión, etc.
Por norma general las maderas blandas, bajas en calorías generan combustiones altas y rápidas. En cambio las maderas duras, queman largamente y por tanto producen más calorías.
La madera de las coníferas normalmente no dejan salir fácilmente el gas que se forma en el interior del leño. Esto se traduce en explosiones de gas y en la expulsión de astillas. Estas chispas son muy peligrosas para alfombras, muebles, etc.
Las diferentes esencias de las maderas tienen poderes caloríficos distintos, y no todas arden de la misma manera; en términos generales, lo mejor es elegir maderas duras, como el roble, el haya, el fresno, el carpe, o los frutales, que producen tanto hermosas hogueras como gran cantidad de brasas, cuya incandescencia además será muy duradera.
¿Pero, y cuándo recogerla? La mejor época: agosto, septiembre y octubre.
Su distribuidor de leña, acopia leña en los meses de poda. Cura y seca en sus almacenes durante un periodo de al menos 8 meses la leña que se comercializa para chimeneas en invierno.
Si bien es cierto que a la hora de comprarla como particular siempre encontrarás establecimientos dispuestos a venderla en invierno, pero lo cierto es que la fecha de recogida de la leña es desde finales de verano a principios de otoño.
La semana que viene comentaremos qué tipo de leña es mejor dependiendo de lo que busquéis para vuestros hogares.